Crítica al documental de Netflix: The American Meme
Lo primero es que por fin da gusto ver un documental sobre Internet, rr.ss y celebrities/influencers fuera del enfoque de la otra cara de la fama, el lado oscuro de Internet o el drama de la privacidad y los datos. Por fin, un documental sincero sobre los hijos de Internet, sin dogmatismos ni prejuicios.
American meme es un retrato, a espejo, de la vida de 4 personalidades de Hollywood con vida y personalidad de reality show que construyeron sus imperios sobre las redes sociales. Paris Hilton, hija del dueño de los hoteles Hilton, Kirill Bichutsky, el tío que rocía con champán las caras de las mujeres en fiestas en USA, Josh Ostrovsky conocido en redes como el Judío Gordo y Brittany Furlan, la primera estrella de la extinta Vine.
Sin embargo, lo interesante de estas personalidades no es cómo ni por qué saltaron a la fama, sinó su capacidad de mantenerse en la cima a lo largo de los años. Y su recorrido se refleja muy bien en el documental. Como dijo Ter, youtuber y arquitecta en uno de sus vídeos: Si París Hilton sólo fuera la hija del dueño de los hoteles Hilton se la conocería como "la hija de", no como Paris.
El concepto de mantenerse en la cima se refleja muy bien en aquel capítulo de los Simpsons en el que Bart se introduce en el mundo del espectáculo cuando dice encima de aquel escenario: "yo no he sido" y la gente se ríe. Y entonces lo empiezan a contratar para que diga su frase, hasta que el yo no he sido deja de tener gracia. Y ahí está la clave: lograr que ese yo no he sido siga haciendo reír a la gente y cuando lo haga encontrar otro yo no he sido. Y el yo no he sido de París, Kirill, Brittany y Josh tuvo gracia durante mucho tiempo y ahí está clave de su éxito... hasta que dejó de tenerlo. Y cuanto más alto estás, más grande es la caída, y eso es un poco el drama de American meme, pero eso ya daría para otra crítica.
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